Vientos

Otra vez. Por tercera vez me dejás.

Quisiera correr atrás tuyo. Abandonar mi frágil castillo de naipes. Olvidar quién fui y quién soy por un momento. Quisiera aprender a disfrutar lo que te hace bien. Comprender mejor tu camino. Memorizar tus pasos y así poder seguirlos. Pero  necesitaré el viento a mi favor.

Es este coraje sin estrenar, el que me retiene con todas sus fuerzas, aunque las ráfagas sean implacables.

Y miro tímido y un poco avergonzado mi equipaje. Suelas sin andar, ideas faltas de argumento, sucesos que se llevó la corriente. También puedo  ver recuerdos, poco ilustrados, vencidos de aburrimiento. Libros desgastados que fueron mi reflejo, sólo sentimientos aletargados de ficción.

 Hay sueños también, los cuales ignoraba hasta ahora. Sueños que algún día, quizás, desemplove convirtiéndolos nuevamente en posibles imposibles. Pero necesitaré otra vez del viento.

No puedo seguirte por ahora. Un océano de ambiciones contrarias nos separa. Un continente de quiméricas pasiones nos aleja. Un mundo tan distinto nos divide. Nuestros vientos corren en direcciones contrarias. 

Sigo observando mi austero y desordenado equipaje.

Tal vez algún día, con todas mis ilusiones sin estrenar a cuestas, te sorprenda. Y en ese momento los asombrados seremos dos.

Por ahora, no todas las hojas son del viento.