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lunes, 29 de marzo de 2010

Pedro

He salido a recorrer el campo como de costumbre. Ñacuñán es mi segundo hogar.
Entre las hirientes cortaderas y el suelo arenoso, torpemente se abre paso Pedro tratando de que yo no caiga. Es nuestro momento juntos, después su intuición equina, le dirá que debo dejarlo para volver a la ciudad. Así nos conectámos, yo con su instinto más puro y él con mi lado animal.
Pero hoy especialmente, se siente un aroma diferente en el aire y respiro profundo para adivinarlo. Eso es lo maravilloso que tiene el campo, que me da a probar desinteresadamente los diferentes olores y colores de su tierra árida, tan simple pero llena de virtudes.
La llanura clara dibuja un horizonte diáfano.El mismo a lo lejos, muestra la estampa de las sombras creadas por algarrobos y chañares. ¿Habrá tormenta?
Una sóla gota tiene el poder de transformar lo gris en vida y mi campo hoy está sediento. Lo sé porque él con sus diferentes perfiles, me lo cuenta todo. Cuando es invadido por rústicos plumeritos, nevando su piel de pelusa blanca; cuando sus alambrados de chañar son ocupados por chingolos copetudos; cuando la suave llanura se tiñe de los naranjas y dorados de cada atardecer.
Comienza a soplar un viento fresco y suave desde el sur y eso me confirma que hoy Ñacuñán volverá a nacer en verdes y será feliz.
Cuando nos comenzamos a apagar bajo las nubes oscuras, Pedro sin esperar una orden, sabe que debe emprender el camino de regreso. Éste no será nuestro último paseo, pero la cabeza gacha me demuestra su tristeza.

miércoles, 17 de marzo de 2010

Desilusión

Se acuesta, cierra los ojos y como un acto reflejo comienza a rezar. Entonces recuerda que decidió dejar de hacerlo hace tiempo e intenta dormir, tratando de recordar qué fue lo que lo alejó tanto.
Como en una película oscura y antigua, ve una puerta, golpea pero nadie contesta. Entra y encuentra a un anciano sentado, solitario y pensativo.
x-- ¿Puedo pasar? -- sigue sin contestar -- Tengo una duda, bueno tengo muchas pero ésta es la más importante, si yo volviera a rezarle ¿usted sería tan amable de escucharme otra vez?
Le da la espalda pero él niño insiste -- Ya sé que estuve mal en dejar de hacerlo y al enojarme con usted en algún momento, pero necesito creer que existe. Necesito que alguien escuche mis oraciones. ¿Entiende que muchas veces el dolor nos aleja de su lado, no?
D-- Yo necesito saber quién respeta mis reglas y quién no, el dolor ahora no importa.
x-- Bueno, creo que nadie sigue ya al pié de la letra sus mandamientos. Pero hay muchos que tratan.
D-- No deben tratar, deben cumplirlos.
x-- Entonces, usted me ha mentido y de eso trata el 8° mandamiento, ¿lo recuerda?
D-- Jamás, yo nunca miento.
x-- Usted me prometió cosas que nunca cumplió. Me prometió que si era buena persona, mi vida estaría colmada de recompensas; que el dolor sería una prueba, del cual todavía me cuesta aprender algo; que Dios, es amor y muchas cosas más.
D-- ¿Yo te prometí todo eso?
Suena el despertador, se levanta como todos los días, con la misma sensación de desamparo y soledad. Siente que deberá ser muy creativo e inventar para sí mismo, una nueva imagen.

lunes, 15 de marzo de 2010

Darse cuenta

Hoy me preguntaron: ¿Cómo se dá cuenta uno si está enamorado? Y me puse a pensar y no era tan fácil la respuesta como yo suponía, al menos para su edad, entonces decidí cambiar una respuesta  por preguntas simples.
-- ¿Alguna vez estuviste enamorada? -- No sé, por eso te pregunto.
-- Bueno, ¿esperás todo el día a que suene el teléfono y que sea él? -- Si, me respondió.
-- Y cuando están juntos ¿no te interesa estar con nadie más, ni en otro lugar? -- Si.
-- Y cuando se te acerca o te toca ¿se te acelera el corazón y sentís algo raro pero lindo por dentro? -- Si.
-- Si no te deja un mensaje o no lo ves durante un tiempo, ¿sentís que lo extrañás, que te gusta más y que sufrís porque no está pendiente de vos? -- ¡Si!
-- ¿Él qué siente? -- No sé, me contestó.
-- ¿Cómo no sabés? -- Y no sé.
-- Pero ¿no te ha dicho nada? -- ¡No!
-- ¿Y no te das cuenta si a él le pasa lo mismo? -- No.
-- Bueno, lo que te pasa a vos, es estar enamorado o al menos el comienzo. Es sentir que no hay nada ni nadie más importante en el mundo que él, que es el único que puede hacerte felíz, que el día se hace más largo esperando su llamada, que nadie puede reemplazarlo. Lo que le pasa a él -- con pena por confirmárle sus dudas -- es no estarlo.

viernes, 12 de marzo de 2010

Raíces

Sentados frente a frente, café de por medio, le preguntó con mirada asustada: ¿me has engañado? Todos nos sorprendimos, seguramente pensando cada uno su propia respuesta y porqué no, tratando de adivinar la del otro. Ella, sonriente contestó: No.
Vas a tener que parárte frente a un espejo y ensayar una respuesta más convincente -- le respondió él con gesto un poco más duro.
Cruzamos miradas, quedámos cercados, cómplices de un "no" dudoso, que hizo que nos moviéramos nerviosos en nuestras sillas, sin saber si esperaban de nuestra parte un cambio liberador de tema o la ayuda de una frase esperanzadora. Sin embargo, seguimos callados, tratando de pasar un nuevo sorbo de café.
Él duda de su inocencia, ella siente que a pesar de tener la certeza de no poder engañárlo por segunda vez, ya no importa si le cree o no.
Compiten por viejas mentiras, tal vez para ver quién tiene la fuerza para soportar más. Ponen sobre la mesa, intimidades tristes pasadas y resentimientos profundos presentes.
Nos mirámos haciéndonos la misma pregunta pero en silencio. Cada uno contestándose a sí mismo.
Ojos que no ven, corazón que no siente -- digo nerviosa, tanteando una salida. Él, con mirada dolida y la voz entrecortada me responde que ya vió demasiado.
Sus raíces continúan en ése lugar junto a él, lugar que no quiere abandonar. Sus ramas, ya bailan hace años, al compás de otros vientos, vientos que no puede dejar de añorar.

lunes, 8 de marzo de 2010

Día de la mujer


Le tenemos miedo a la vejéz, a las arrugas y a las canas, pero por suerte hay cómo ocultarlas, con una gran sonrisa y tintura.
Si no somos frágiles, tratamos de parecerlo. Simulamos no saber cambiar una rueda pinchada, un foco quemado,... no queremos la igualdad en ése aspecto, queremos que nos cuíden, pero no ser el sexo débil.
Somos machistas y feministas a la vez.
Sin nosotras, el hombre no sería quien es, no soporta vivir con una mujer y mucho menos sin ella, y somos por ése motivo, las que formamos hijos, hombres, maridos, padres,... 
Siempre somos el reflejo de nuestras madres, y qué?
Somos cambiantes, imaginativas, más emocionales, más intuitivas. 
Somos musas inspiradoras de grandes y pequeños artistas.
Nos comparan con atardeceres y flores, con brujas y animales. No nos comparen, seguimos siendo una especie única.
No andamos con medias tintas, comparadas con los hombres, somos mejores y peores en todo.
Gracias a una manzana, hicímos la vida más divertida. No nos prohíban nada porque crece nuestro interés.
No nos da verguenza llorar en el cine, ni mirárnos en el reflejo de una vidriera, ni hacer miles de test de personalidad, ni preguntarle a la bola mágica que nos depara el futuro.
Y porque somos como somos, tenemos un día especial que seguramente crearlo, fue idea de un hombre.
¡Felíz día para nosotras!

martes, 2 de marzo de 2010

Paraíso

Te he visto llorar por querer habitar ese paraíso que ya no existe. Nos lo quitaron hace ya mucho tiempo y tanto a vos como a mí, nos lo habían prometido y lo creímos cierto.
Ese jardín tan natural y puro donde fuímos creados del polvo de la tierra, donde nos aseguraron armonía, placer y alimento, ese jardín se desvaneció.
Ese lugar en donde no se conocía la maldad ni la envidia, tan cálido y noble que no era necesario más que una costilla y una hoja de parra, fue hecho para nosotros.
¿Qué hicimos de nuestro paraíso? ¿Cómo conseguimos corromperlo tan fácilmente?
Lo hicimos, fuimos capaces y con una sóla herramienta, el egoísmo.
Pero hay esperanzas, todavía podés crear el tuyo. Sin mirar al costado las elecciones de los demás, eligiéndo tu árbol y tu manzana. No la más colorada y brillante sino la más difícil de alcanzar, pero la más nutritiva.
No llores más por un paraíso perdido, no viene todavía en una caja listo para armar, pero confío en que vas a encontrar el tuyo y lo vas a moldear a tu manera.
Lo único que te pido, es que no sea muy lejos de mi lado, aunque mi jardín del edén no sea tu ideal.


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