Se acuesta, cierra los ojos y como un acto reflejo comienza a rezar. Entonces recuerda que decidió dejar de hacerlo hace tiempo e intenta dormir, tratando de recordar qué fue lo que lo alejó tanto.
Como en una película oscura y antigua, ve una puerta, golpea pero nadie contesta. Entra y encuentra a un anciano sentado, solitario y pensativo.
x-- ¿Puedo pasar? -- sigue sin contestar -- Tengo una duda, bueno tengo muchas pero ésta es la más importante, si yo volviera a rezarle ¿usted sería tan amable de escucharme otra vez?
Le da la espalda pero él niño insiste -- Ya sé que estuve mal en dejar de hacerlo y al enojarme con usted en algún momento, pero necesito creer que existe. Necesito que alguien escuche mis oraciones. ¿Entiende que muchas veces el dolor nos aleja de su lado, no?
D-- Yo necesito saber quién respeta mis reglas y quién no, el dolor ahora no importa.
x-- Bueno, creo que nadie sigue ya al pié de la letra sus mandamientos. Pero hay muchos que tratan.
D-- No deben tratar, deben cumplirlos.
x-- Entonces, usted me ha mentido y de eso trata el 8° mandamiento, ¿lo recuerda?
D-- Jamás, yo nunca miento.
x-- Usted me prometió cosas que nunca cumplió. Me prometió que si era buena persona, mi vida estaría colmada de recompensas; que el dolor sería una prueba, del cual todavía me cuesta aprender algo; que Dios, es amor y muchas cosas más.
D-- ¿Yo te prometí todo eso?
Suena el despertador, se levanta como todos los días, con la misma sensación de desamparo y soledad. Siente que deberá ser muy creativo e inventar para sí mismo, una nueva imagen.
8 comentarios:
Creer o no creer esa es la cuestion .
Poma, en algo hay que creer al márgen de en qué o en quién.
BESOSSS
Estoy con Paula hay que creer. Un besito
Gracias Lola!!
Otro besito para vos!
Sí, hay que creer en uno mismo. Es una premisa imprescindible para que todo lo demás vaya llegando.
Hola Gabriel! Ya sé que no vas a volver por una respuesta pero.......si uno cree en sí mismo, lo demás parecería ser más facil.
BESOSSS
hace tiempo que la desilusion se instaló en mi cabecera...
pero dios no tuvo la culpa...
no puede culparse a alguien en quien no se cree......
encantada de visitarte Paula MAria
saludos...
Firenze, tenés razón pero y si antes confiábas en algo y con el tiempo te demuestra que tal vez no valía la pena?? El tal vez es porque uno siempre se queda con la duda.
BESOSSS
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