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domingo, 15 de noviembre de 2009

Libertad



Una vez más, subió las escaleras angostas que daban a la terraza. Trepó la pared y caminó haciéndo malabarismos para no caer, hasta llegar al techo. Era el lugar predilecto para observar el mundo, pensar o simplemente, dejarse estar.
 Nadie la buscaba, pero imaginaba corridas desesperadas dentro de la casa, tratando de encontrarla. Ese día en especial necesitaba que alguien notara su ausencia.
Pensaba que cuando fuese grande, les enseñaría a sus hijos, lo que significa ser autosuficiente, la palabra dependencia y también les enseñaría, a tolerar la indiferencia. Ella aún no estaba preparada para entender sus significados.
Nadie estaba buscándola. Esperaba impaciente.
Sentía que su necesidad por los demás, no era correspondida con la misma intensidad. Necesitaba que la recordaran, que la extrañaran. Necesitaba ser el oxígeno de alguien.
Su madre regresa a casa. Ella sigue sola, mirándola desde las alturas.¿Qué puedo hacer para que me extrañe más?
Tal vez si pudiese volar, mi madre no me olvidaría jamás. ¡A ella, le encantan los pájaros! ¡Pero necesito un par de  alas!
Podría ser ángel en vez de pájaro. Mi mamá dice que los ángeles nos cuidan y me parece que también le gustan. Tal vez una mariposa de colores brillantes para deslumbrárla, un barrilete para que se divierta, una abeja para darle toda mi miel, podría ser un hada mágica para hacerle realidad todos sus sueños.
Podría seguir siendo yo misma, aprendiéndo, comprendiéndola, queriéndola como ella me quiere a mí. Además, siempre me dice que soy todo eso y mucho más.
Las alas ya las tengo, ella me las dió alguna vez....

4 comentarios:

Ara dijo...

Querida Paula; un bello escrito que da lugar a muchos sentimientos, e interpretaciones.
Hay momentos en que deseariamos volar hacia un sitio donde poder observarlo todo y hacer nuestras reflexiones.
Hay momentos que necesitamos sentir que somos "el oxigeno de alguién"...hasta que vemos que al final las cosas se van colocando en su sitio..tal y como deseamos.
Mil besos, amiga Paula.
Ara

Opovictor dijo...

Soledad.
Un techo para otear un mundo que no comprendemos.
El tiempo y las formas nos confunden. Los demás están fuera y dentro, sola, nuestra angustia de no sentirnos en Casa.
Un beso.

Unknown dijo...

Gracias Ara y Carmelo!!
Yo hacía esto cuando era chica, no sé en qué me pondría a pensar, pero me encantaba estar a solas conmigo!!
Besos a los dos

Jael Uribe dijo...

Gracias por compartir su espacio, le invito tambien a conocer el mio http://poemasdelalma2.blogspot.com

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