Veo en tus ojos mi interior y estás ahí. Intacto. Como cuando te amaba y jurabas amarme.
Leo en tus labios los besos que te di . Con sus cálidos sabores. Con mi destreza para retenerte prometiéndote más. Con la tuya para enloquecerme cuando los evitabas.
Escucho en tus oídos el sonido de mi silencio. Cuando las palabras dejaron de ser una necesidad. Cuando sólo pude hablarle a tu sombra.
Siento en tus manos mi piel. Caliente, relajada. Esa que te desafió más de una vez a recorrerla. Esa que nunca agotó caricias. Esa que tu indiferencia debilitó.
Camino en tus pies el camino que recorrimos. Los puentes cruzados del cambio y el abandono.
Pienso en tu mente mis preguntas. Mis dilemas. Mis reproches. Adivino tus respuestas.
No soy yo misma. Me busco a tu lado y no me veo. Descubro que crecimos en diferente dirección. Que lo que fue, fue irreal. Que lo que es, es una pequeña ficción de lo que sueño como posible.
No soy yo misma. No soy en vos ni lo fui. No soy sin vos ahora y nunca. No soy ni seré tus deseos. Si quizás tus fantasías. Pero no soy en tu ayer ni en tu presente. Sólo soy un confuso recuerdo.